Patrimonio Cultural

Castro de San Isidro

Castro de San Isidro

Fortificación romana única en Asturias con piedras hincadas, clave para el control de las minas de oro

El Castro de San Isidro es uno de los yacimientos arqueológicos más singulares de Asturias, ubicado en la línea de cumbres que separa los concejos de San Martín de Oscos y Pesoz, en las inmediaciones de la aldea de Bousoño. Su importancia radica en la presencia de un excepcional sistema defensivo compuesto por “caballos de Frisia”, un conjunto de piedras clavadas verticalmente en los fosos, cuya función era dificultar el avance de posibles atacantes. Este tipo de defensa, poco común en la región, lo convierte en un enclave único en el contexto asturiano.

El yacimiento se interpreta como un campamento militar romano de los siglos I–II d.C., establecido estratégicamente para controlar el territorio y las cercanas explotaciones auríferas. Desde su ubicación, se dominan visualmente amplios valles y pasos naturales, lo que refuerza su valor estratégico durante la época romana.

Hoy, el castro no solo ofrece una ventana al pasado romano de la comarca, sino también un entorno natural privilegiado que invita a la contemplación del paisaje y al descubrimiento de una historia poco conocida pero profundamente significativa.

Díficil acceso en vehículo, y escasa señalización.